miércoles, 10 de abril de 2013

Ningún vencedor... Ningún derrotado.

Como no se compite en belleza y en esto de reciclar nadie es menos que nadie, reconociendo la absoluta estupidez de todos, (única receta para aprender según Socrates...) dejamos el premio vacío. Lo que equivale a reconocer que todos estáis llenos, pues este blog se hizo entre tod@s. GRACIAS.

Si se saca energía, tal vez se convoque a los locos/as soñadores a caminar y recitar algunos de estos poemas en un vertedero de verdad, eso sí, luego caminaríamos en dirección a un paisaje limpio y bello. No prometo nada. La fortuna dirá. Eso no resta para que me sienta orgulloso de tod@s. 

Las razones por las que se hizo este falso concurso, las encontrarás en este trozo reciclativo:

Extracto ELOGIO DE LA NECEDAD de ERASMO de ROTTERDAM.

Los oradores, aunque alguna vez se apartan de mis principios y se relacionan algo con los filósofos, me pertenecen, a pesar de todo, por diversas causas. Citaré solamente una: ¿No dicen continuamente infinidad de tonterías? Además, ¿No han escrito largos y serios trabajos sobre el arte de bromear? El autor, quienquiera que sea, que dedicó a Herenio su tratado sobre el Arte de hablar, considera la locura entre el número de las bromas. Demóstenes, el príncipe de los oradores, ha escrito sobre la risa un capítulo más largo que La Iliada.

En fin, están tan persuadidos del poder de la locura que creen que una broma es con frecuencia más adecuada para resolver una dificultad que los razonamientos más serios. Nadie me discutirá que son las bromas el mejor medio para hacer reír.

Los que corren tras la inmortalidad escribiendo libros, son poco más o menos de la misma ralea que los oradores. Me deben grandes favores. Pero yo inspiro principalmente a los que escriben bagatelas y tonterías. Para esos autores que por medio de sus obras sensatas aspiran al beneplácito de un reducido número de lectores de sentido común y no rehúsan aceptar como jueces a Perse y Lélio, su suerte me parece más digna de piedad que de envidia. Torturan sin cesar su espíritu, cambian, tachan, añaden, repasan, corrigen, consultan; siempre descontentos de lo que hacen, trabajan durante nueve o diez años hasta publicar su obra. Después de tantas vigilias, penas y trabajos, tras tantas noches sin gustar las delicias del sueño, ¿Cuál es su recompensa? La cosa más vana y frívola del mundo: la aprobación de un reducido número de lectores. Pero eso no es todo; la pérdida de la salud y el reposo son las tristes consecuencias de su aplicación. Privados de todos los placeres de la vida, se ponen pálidos, delgados, anémicos, algunos hasta ciegos; la pobreza los acaba, la envidia los atormenta, la vejez les alcanza en medio de su carrera y después de haber experimentado toda esta clase de males terminan con una muerte prematura. Tal es la serie de desgracias que un escritor de talento no teme atraerse para tener el placer de ser elogiado por tres o cuatro desgraciados como él. Por el contrario, feliz el autor que escribe bajo mis auspicios. No conoce ni el dolor ni el trabajo, escribe todo lo que se de ocurre, imprime todos los sueños de su imaginación calenturienta; nunca rectifica, nunca corrige, persuadido de que cuantas más tonterías publique mayor será su éxito, es decir, que gustará a la inmensa muchedumbre de locos e ignorantes. Si el reducido número de sabios y gente de talento de desprecian, ¿qué de importa? Los silbidos de dos o tres personas sensatas serán apagados por los ruidosos aplausos de la gran mayoría que de admira.

Los que publican con su nombre las obras de otros, son aún más prudentes; usurpan sin pena ni gloria lo que ha costado tantos trabajos y sudores a sus autores. Ellos saben bien que tarde o temprano se descubrirá el plagio, pero entretanto disfrutan del placer de ser admirados. Hay que ver cómo se ahuecan cuando les alaban o los señalan al pasar por la calle y alguien dice: “ese hombre es admirable.” Cuando ven sus libros en los escaparates de las librerías y leen sus nombres con dos o tres seudónimos, generalmente extranjeros, que parecen mágicos. ¿Qué son, en realidad, todos esos nombres? Eso: nombres y nada más. Con tantos millones de hombres como hay en el mundo, solamente algunos han oído hablar de ellos y de éstos sólo unos pocos hacen caso, porque los gustos de los ignorantes son tan distintos como los de los sabios. Con frecuencia se ponen ellos mismos estos seudónimos o los sacan de algún autor antiguo. Uno se firma Telémaco, otro Esteleno o Laertes, éste Polícrates, aquél Trasímaco. Es como si se hiciesen llamar Camaleón o Calabaza y que al ejemplo de algunos filósofos designasen sus libros por las letras del alfabeto. Pero nada es más divertido que ver los elogios que se prodigan mutuamente en cartas, poesías y panegíricos. Son locos que alaban a locos, ignorantes que admiran a ignorantes.

 “Superáis a Alceo” -dice uno- “Y vos tenéis más talento que Calímaco” -responde
el otro. “Sois más elocuente que Cicerón” -exclama uno- “y vos mil veces más sabio que el divino Platón” -replica el primero.

 Otras veces escogen un antagonista famoso para dar más relieve a su gloria. A la vista de sus debates, el público indeciso divide sus opiniones:
 “Scinditur incertum studia ¡ti contraria vulgus”,
hasta que al fin ambos campeones satisfechos de su éxito salen de la liza con aires de vencedor atribuyéndose cada uno la gloria del triunfo. Las gentes sensatas se mofan de estas locuras y tienen razón, pero no es menos cierto que tales autores son felices gracias a mis dones y prefieren sus triunfos a los de los Escipiones.

 Todos estos falsos sabios que veo reírse de tan buena gana de estas cosas y que les divierte tanto burlarse de las locuras de los demás creen no estar en deuda conmigo, pero la tienen y muy grande, os lo aseguro. Si osaran negarlo pecarían de ser los más ingratos del mundo.


Entre cielo y tierra.




                                    En los charcos
                                    los árboles se vuelven
                                    neuronas del cielo.
                                    Una conexiòn
                                    de un segundo con lo eterno

                                    y de lo pequeño 
                                    con lo infinito.
                                    Hasta las arenas
                                    se vuelven estrellas.


Mi corazòn transmuta
el barro en hermosura
y se vuelve laguna
en el amor del suelo.
Pongo los ojos al azul
presto a volverme sol...
Algun@s piensan acertadamente
que estoy volando
y caminando a la vez.
¿Te animas?


                                      Un charco en La Vecilla.


Se fiel a ti mismo.



        Para Proyecto martés de Ana María Loreto.

Dejarse ver.

Superar la fràgilidad.
Ponerse en manos
del sol y de la helada,
consciente de que tu fuerza
es indomable e incorrompible.


Sobrevivir a los ojos

de otro.

Mostrarme como soy,

carente de recortes,
fragante y fresco.


Hoy tengo amor absoluto

a la propia verdad
que sigue el ciclo natural
a su ritmo.


martes, 19 de marzo de 2013

Pensamientos necios para torpes felices.

Aunque sea fuera de concurso, como pensamientos de un miembro del jurado de zotes; Ángel Sol quiere compartir estas tres reflexiones, que le están haciendo el reciclaje interior y quiere que os sirvan a vosotros y vosotras desde la NECEDAD:

1ª.-  TENGO EN MIS MANOS EL PODER MÁS GRANDE DEL UNIVERSO: EL PODER DEL AMOR PROPIO, EL PODER DE LO UNO, EL PODER DEL AMOR INCONDICIONAL., EL PODER DE LA AUTENTICIDAD, EL PODER DE SER CONSCIENTE DEL IMPACTO POSITIVO QUE HE DE HACER EN EL MUNDO Y LA BÚSQUEDA CONTINUA DE LA VERDAD BUENA...

2ª.- ME AMO PROFUNDAMENTE COMO SOY Y SÉ QUE SIEMPRE PUEDO MEJORAR... Y TAMBIÉN OS AMO COMO SOIS Y SÉ QUE PODÉIS MEJORAR... NOS ACOMPAÑAREMOS EN EL PROCESO Y EN EL CAMINO... DESDE LA VERDAD... AL LADO, NI DELANTE NI DETRÁS.

"No voy a volar ni delante ni detrás de ti; voy a volar a tu lado. Sabiendo que el viaje no es fácil, sabiendo que no está asegurado el que sea eterno, sabiendo que te quiero, sabiendo que me quieres, no tiene que importar nada más; ni pasados, ni futuros... solo los presentes, los aquí y los ahora"

3ª.- MEREZCO FELICIDAD COMPLETA EN  MI VIDA Y DÍA A DÍA LA VOY A CONQUISTAR POR MÍ MISMO, POR MÍ MISMA... CONOZCO MI MISIÓN Y SÉ DE QUE COLOR SOY...

sábado, 16 de marzo de 2013

Mañana deliberación del jurado.

Mañana domingo, se reúne un grupo de absolutos inexpertos reconocidos por serlo, cuyo prestigio reciclativo no tiene duda. 

Juntos elegirán a quien darle la foto del mojón de oro. Se avisará del día que se entrega el premio y del lugar. 

Permaneced atentos ... o no. 

Este premio no tiene prestigio, pero ¿Hay premio que tenga mas prestigio que tú? No. ¿Todos los premios son banderas quemadas para corazones presos de vanidad? No lo sé, pero seguro que este es muy merecido. Pues el ganador estará de mierda hasta arriba y se volverá gladiolo hasta abajo ¡Vamos un perfecto capullo/a!

viernes, 31 de agosto de 2012

Teodora, la dragona.




He escrito este cuento que creo útil para niños inquietos. Hemos decidido dejarlo libre por internet para que la gente lo disfrute gratis. Lo pinta Lidia Iris Masferrer. Pienso que es buen material para trabajar valores en el aula. 

Este cuento viene a reciclar, la baja autoestima. Fomenta el respeto a la propia alegría. 

Este cuento nació de una pregunta que me respondió un niño. Estábamos hablando de la alegría y el niño me dijo que no le gustaba, que cada vez que se alegraba le reñían. Este cuento da respuesta a sus inquietudes. Gracias por la atención. Otro cuentín en valores. Un cuento para la paz y la convivencia.

Puedes descargártelo aquí:


martes, 26 de junio de 2012

La herencia de la tierra.




Ilustraciòn de Laura Bécares. http://estudiolalunadepapel.blogspot.com.es/

  Esta historia está dedicada a los mineros y en especial a la gente de Ciñera de Gordón.

Había una vez un rey que decidió dejar su reino en herencia, pero como no tenía hijos, ni sobrinos, ni personas de confianza, decidió convocar una oportunidad para todo el pueblo:
- ¡Qué todas las ciudadanas y ciudadanos pasen por el castillo y hablen con su majestad! – Ordenó reciamente –Aquel que de buenas razones de nobleza que le hagan digno de mi corona, recibirá mi trono. 

Después de hablar con todos, tarea ardua, quedaron tres finalistas; un banquero, un político de la corte y un minero. 

- Esta bien – sentenció el monarca – Os voy a poner una prueba y el que supere la prueba se quedará con el reino. En menos de 24 horas debéis llenar la gran sala imperial de palacio con aquello que tengáis sin pedírselo a nadie. 

El banquero tenía solo monedas, billetes, acciones y muchas casas, pero esas no se podían meter dentro de un castillo, eso sí, tenía las escrituras públicas. Lleno la sala de papelajos y calderilla en cantidades ingentes. Al verlo el rey, tomo un billete y exclamó:

- Esto es papel mojado, pues si los hombres no hacemos convención de lo que el dinero vale, esto no vale para nada. No le puedo dejar mi reino a un banquero, porque pone a las personas al servicio del dinero y no el dinero al servicio de las personas. No me vales.

El siguiente fue el político. Este no tenía tanto dinero como el banquero, porque lo que tenía lo había conseguido gracias al favor de los que mueven el dinero, pero tenía influencias y contactos. Llamo a todos sus esbirros y lleno aquella sala de poder falso y baldío. De gente que estaba allí no por lealtad, sino por miedo, interés, mediocridad, deuda o apoltronamiento. Toda la sala presente de acólitos, asesores, estúpidos, seres que nunca supieron que hacer con su vida, que pensaron que lo único que conducía a la felicidad era ponerse una corbata y mirar a los demás por encima; personas que hacían del trepar una batalla de máscaras y besamanos. (Pobres infelices que nunca sabrán lo que el amor vale). El rey tampoco quiso dejarle en herencia al político su reino. 

- ¿Qué será de las personas si solo se juntan con los otros por interés – se preguntó el rey - … y no por amistad verdadera? El mundo se volvería una guerra pulcra por fuera pero podrida por dentro. No habría paz verdadera, sino títeres del protocolo y las formas, reos de la mentira y mártires del peldaño siguiente. Esa escalera lleva al abismo. No. No me vales político. 

Le toco el turno al minero. Espero a que llegara la noche y le pidió al rey que apagase las luces. (Todas las luces del palacio). De repente encendió el foco de su lámpara y con los destellos trató de darle mucha luminosidad a la gran sala, pero era un salón tan oscuro, tan grande, tan negro,  tan profundamente negro, que una sola lamparilla no daba brillo. El minero miro al rey con tristeza y habló:

- Yo sé hacer del negro carbón luz cada día para darle el pan a mi familia, pero con mi farol no puedo iluminar toda la estancia. 

En el exterior se oyeron miles de voces en un solo clamor. Eran otros mineros que entraron por sorpresa al palacio. Venían cantando Santa Bárbara bendita. Encendieron los faros de sus cascos y al prenderlos, toda la sala se lleno de estrellas. Aquello parecían las vidrieras de la Catedral de León. 

El rey decidió darle su legado al minero, porque su ejemplo de unidad, de fortaleza, de lealtad, de trabajar por los suyos, al tiempo que aguantaba que en las cuencas mineras el dinero de los fondos Miner se lo comieran las ratas, eso sí, sin reinvertirlo en recuperar las montañas o en generar empleo, ese minero, tenía tanta dignidad, que podía mirarle a los ojos al mismo rey sin que este lo tuviera por menos. 

- Lo he decidido. Mi reino para el minero. 

¡Qué no os engañen ciudadanos diciendo que los mineros son violentos o son terroristas! Violento es aquel que usa la mentira como un veneno, que se dice representante del pueblo cuando en realidad representa el interés de su bolsillo y de las multinacionales. Violencia es hacer algo en la vida sin vocación. Y aquel que no sabía hacer nada en vez de hacerse minero se presentó a unas elecciones. 
Señores políticos rectifiquen, la violencia nos hace perder a todos y ustedes son los que generan la violencia. Defenderse no es violento… fue el modo con el que nuestros mayores consiguieron los derechos que no queríais darles, esos mismos que hoy quitáis. Eso sí, el paso entre la defensa y la guerra es muy, muy cercano. Por favor, no tensen más la cuerda y respeten a los humildes. No queremos guerra, pero no podemos permitir que nos pisen. Con la guerra perdemos todos. 
En este cuento donde dice minero, podría decir maestro, albañil, pescador, agricultor, cajero, frutero, funcionario, soñador, indignado, autónomo, caminero etc. Todos somos herman@s. Todos somos uno. La dignidad del que trabaja les pone a ustedes en su sitio. No más capitalismos. No es democracia el mercado, la especulación, paraísos fiscales, 6 millones de muertos en el mundo de hambre al día, venta de armas que ustedes no prohíben, leyes a medida de los grandes emporios, rescate a los bancos y recorte a los humildes. La vida de ustedes no puede ser nuestra muerte. Tengan memoria histórica, las injusticias generan explosiones de rabia. No generen mas violencia, pónganse al servicio de la vida y del amor, porque sino serán ricos infelices y gastarán en seguridad lo que no gastan en hacer lo correcto. 
Mineros. Mineras. Prudencia. Defenderse no es hacerse hijo de las armas. Ellos son hijos de la guerra, a nosotros nos acunó la ternura y el sudor generoso de nuestra gente. Políticos, háganse personas… Pongan su oficio al servicio del interés general. Los políticos que ya lo hayan logrado ( No se ven muchos la verdad), den ejemplo: Exijan al que no lo haga, que deje el salvajismo.